TITULO ORIGINAL: Les Dames du bois de Boulogne – Criterion Collection Edition
AÑO: 1945
DURACIÓN: 90 min.
PAÍS: Francia
DIRECTOR: Robert Bresson
REPARTO: Paul Bernard, Maria Casares, Elina Labourdette, Lucienne Bogaert, Jean Marchat
SINOPSIS: Esta obra fue filmada en Francia en 1944, durante la ocupación alemana. Su director y libretista, Robert Bresson, era casi desconocido. Pero sus colaboradores eran ilustres: la obra se basaba en una historia que había contado Diderot hacia 1773 en Jacques le fataliste; el diálogo era de Jean Cocteau; la protagonista se llamaba María Casares. Este film bastó para colocar a Bresson en la primera fila de los realizadores franceses. Fue (es) el antecedente obligado de otra obra que habría de filmar Bresson en 1950: el Diario de un cura rural.
Pero Les dames du Bois de Boulogne es algo más que un antecedente: es una de las más perfectas tragedias psicológicas que ha contado el cine. Es la historia de una venganza minuciosa, fríamente ejecutada; y de un amor que se impone a pesar de todo. Hélène ha sido abandonada por Jean, el amante por dos años. Extrae a una muchacha de un cabaret, la hace pasar por una jovencita de campaña (lo que en realidad había sido) y la presenta a Jean. Hace que éste se enamore de ella y se la niega y se la ofrece hasta que consigue casarlo con ella en una elaborada ceremonia a la que ha invitado a todos los que poseyeron a la muchacha.
El film es cruel y preciso. Hay cuatro personajes principales. Además de Hélène (María Casares), están Jean (Paul Bernard), la muchacha (Elina Labourdette) y su madre (Lucienne Bognert). Entre estos cuatro seres se ordena una historia de contornos nítidos, de diálogo que conserva la elegancia y la exactitud de la lengua del siglo XVIII, una historia horrible y hermosa a la vez. Bresson mueve sus criaturas en un decorado que es contemporáneo nuestro pero que es tan abstracto, tan impersonal como el de cualquier tiempo. Una magistralmente (como siempre) banda de sonido y la música de J. J. Grünenwald para sugerir el mundo en que están encerrados los personajes; pero los aísla dentro de su conflicto y no tolera la menor digresión. (Hay un quinto personaje, Jacques, que pronuncia unas palabras en una breve escena, y algún criado que dice unas líneas). La cámara de Philippe Agostini fotografía actores y decorados sin concesiones a la composición artística y preocupada tan sólo de la funcionalidad dramática. Los decorados de Max Douy son también funcionales. Limitan un ambiente más que describen una circunstancia o una época.
Todo está subordinado a una versión ascética del drama. La mano férrea de Bresson impide todo estallido pasional. Le basta una pequeña crispación del cuerpo de María Casares y una lágrima que se desliza suavemente por su mejilla para decir el efecto desgarrador que le causan las palabras con que su ex-amante confiesa su pasión por la muchacha. El film es intenso pero contenido. Toda la violencia es interior y las imágenes, como el diálogo estilizado de los personajes, apuntan delicadamente a esa pasión.
En un film tan construido, tan deliberadamente hecho a partir de una visión personal, la labor del intérprete está subordinada más que nunca a la mano del director. Bresson consigue a ratos que Paul Bernard viva su difícil personaje (que había sido escrito para Alain Cuny); consigue que Elina Labourdette exprese la corrupción y el amor; consigue que María Casares guarde todos sus desplantes hispánicos y sea una fiera silenciosa y desesperada.
Podría apuntarse algún defecto, algún desfallecimiento pasajero del film (y hay eruditos que lo han hecho). Pero hay que aceptar una creación tan íntegra y exigente, tan lúcida, como ésta de Bresson sin menudear en detalles. Su impacto dramático también los tolera y sabe superarlos.
AUDIO: Dolby Digital 2.0: Francés
SUBTITULOS: Español