TITULO ORIGINAL: The Devils (AKA The Devils of Loudon) (Warner Editon)
AÑO: 1971
DURACIÓN: 109 min.
PAÍS: UK
DIRECTOR: Ken Russell
REPARTO: Vanessa Redgrave, Oliver Reed, Dudley Sutton, Max Adrian, Gemma Jones, Murray Melvin, Michael Gothard, Georgina Hale
SINOPSIS: Filme sobre un clérigo en la Francia del XVII acusado de hereje. El Cardenal Richelieu sediento de poder decide apartar de su camino a su único obstáculo, el sacerdote Grandier, quien intenta impedirle que obtenga el poder absoluto, de manera que para eliminarlo lo acusa de haber sido el corruptor de la comunidad local de monjas y de haber introducido al diablo en el convento. Toda una conspiración en la que intervendrá un cazador de brujas de la Inquisición, las monjas poseídas por el demonio y la madre superiora que se siente atraída sexualmente por dicho sacerdote.
El cineasta británico Ken Russell (‘Viaje alucinante al fondo de la mente’), todo un icono del celuloide del Reino Unido de la época, fue el encargado de realizar esta polémica película inspirada en la novela ‘Los demonios de Loudun’, de Aldous Huxley, editada en 1952 -que a su vez ya sirvió de base de la obra de teatro homónima de John Whiting-, y basada en los supuestos acontecimientos reales del siglo XVII (entre los años 1629 y 1634) donde unas monjas fueron poseidas por demonios.
Con esta controvertida película, que provocó todo un escándalo en su momento, Ken Rusell se coronaría como uno de los cineastas más importantes de la década de los setenta.
El largometraje fue tan controvertido que hasta su distribuidora británica censuró ciertas escenas. El recorte fue mucho mayor en Estados Unidos, a pesar de contar con una más que aceptable recaudación en el país norteamericano. En Italia ni siquiera se llegó a estrenar y hasta sus protagonistas fueron amenazados con tres años de cárcel si pisaban territorio italiano.
Una película que muestra sin tapujos la corrupción política y las contradicciones de la Iglesia (el mismo Russell confesaría que este fue su filme más «político»), ofreciendo un espectáculo visual tan esplendoroso como delirante, repleto de desnudos integrales y proclamas anticlericales, y mostrándonos unas escenas realmente perturbadoras a lo largo de todo su metraje.
Varios críticos y cineastas importantes la han señalado como una de las cintas con más valor de la historia cinematográfica, todo un paradigma del exceso y el «mal gusto» donde destaca una ambientación (tarea que llevó a cabo Derek Jarman) y unos decorados de corte muy daliniano, surrealistas e hiperbólicos: edificios pseudogóticos de color blanco que se alzan hasta el cielo, la ciudad, sus muros, su plaza principal, una cárcel-convento del mismo color blanco deslumbrante con claustrofóbicos y retorcidos pasadizos propios de la imaginería de Tim Burton, la vivienda del protagonista más próxima a la habitación roja de la televisiva ‘Twin Peaks’ que a un claustro cualquiera y las campiñas que rodean los muros de la ciudad; unos verdes prados desde los que se alzan estacas de diez metros sobre los que se soportan ruedas que servían para crucificar a los reos y donde los cadáveres nunca eran retirados.
Esta ambientación grotesco-burlesca que aporta al largometraje una estética única, se realza por la deambulación de personajes histriónicos como la pléyade de monjas en celo, los ciudadanos enmascarados, las personas disfrazadas de pájaros o los verdugos, sin olvidar al exorcista católico, con una estética similar al joven Drácula de Gary Oldman, consiguiendo todo ello, junto a una música estupenda, transmitir una atmósfera tan delirante como intemporal, ese sentimiento onírico de pesadilla tan propio de El Bosco. Una verdadera película de culto con casi sabor a leyenda… Gran parte de sus controvertidas imágenes tuvieron que ser eliminadas para no obtener la clasificación de película X. Estas escenas se perdieron, y no fue hasta el año 2004 que se pudo ver una copia casi íntegra en el ‘National Film Theatre’ de Londres, versión que el mismo Ken Russell daba ya por imposible.
A pesar de todo ese revuelo, ‘Los demonios’ sirvió para lanzar al estrellato a Oliver Reed, quien encarnó a un sacerdote noble pero muy humano enfrentado a una terrible alianza de una Iglesia y Estado corruptos. Le acompañó una ya consolidada Vanessa Redgrave, en un papel que rechazó la habitual del cineasta Glenda Jackson (‘Mujeres apasionadas’), ya que estaba cansada de interpretar a las mujeres sexualmente neuróticas que suelen protagonizar las cintas de Russell.
Como curiosidad, el personaje de la esposa de Oliver Reed está interpretado por la madre de la ahora famosa Emma Thompson, de jovencita. Y el del médico, por George, el de la mítica serie de TV ‘Los Roper’. Y por cierto, un rumor sin confirmar: los hay que afirman que el trabajo de Russell tuvo valiosos consejos a la hora de su plasmación en la pantalla grande por parte nada menos que de Stanley Kubrick, que desde un buen principio consideró la historia interesantísima.
AUDIO: Dolby Digital 2.0: Inglés
SUBTITULOS: Español